¿Existe la astenosfera?
Es cierto, el término Astenosfera está obsoleto:
Fragmento de un artículo publicado por F. Anguita y J. Verd.:
La idea de que las placas se deslizaban sobre un nivel de muy
baja viscosidad situado bajo la litosfera se originó al principio de la historia
de la tectónica de placas. Sin embargo, el argumento que acabamos de presentar
[que el esfuerzo requerido para que el manto sublitosférico arrastre las placas
no precisa de un nivel de baja viscosidad entre ambos] demuestra que tal nivel
es innecesario para explicar los movimientos de las placas. De hecho, las
velocidades de éstas pueden ser justificadas en términos generales con un manto
de viscosidad uniforme. Además, y como ya se demostró, una capa de unos 100 km
de espesor no sirve como nivel de despegue a no ser que su viscosidad sea tres o
cuatro órdenes de magnitud menor que la del manto adyacente.
para ampliar la información pincha el enlace: astensofera
(p. 330)]
Este epitafio es el preludio del tiempo actual, en el que el
término mismo de astenosfera empezará a desaparecer del léxico geológico. Paul
Tackley, uno de los pioneros de la tomografía del manto, ha escrito (Tackley, 2000, Doc. 8) para la
revista Science un artículo de revisión de estos temas que comienza con
las siguientes palabras, no novedosas pero sí muy claras:
[La convección en estado sólido del manto terrestre (2.900
km de espesor) es el mecanismo motor de la tectónica de placas y de toda la
actividad geológica asociada a ésta en la superficie de nuestro planeta, como
son la deriva continental, la sismicidad, el vulcanismo y las orogenias. La
convección en el manto y la tectónica de placas constituyen un solo sistema, en
el que las placas oceánicas son la cubierta térmica superior, enfriada en la
convección. El motor del lento movimiento de las placas y del manto es el calor
radiactivo y el enfriamiento residual del planeta a través de sus 4.500 millones
de años de historia. (Doc. 8,
p. 2002)].
Ya no hay menciones a la astenosfera, sino radiografías del
manto en las que aparecen superplumas y superzonas de subducción (Doc. 8, Fig. 3). De cara al
futuro, se podría discutir la posibilidad de mantener el término en su sentido
original (el de Barrell: todo el manto por debajo de la litosfera). Sin embargo,
esa opción (semejante a la de mantener otros términos, como el de geosinclinal,
con acepciones limitadas) supondría introducir una seria ambigüedad en toda la
Geología del siglo XXI. La esfera débil seguirá persistiendo unas
décadas, por inercia, hasta su total desaparición; un perfecto ejemplo histórico
de las prisas que nunca deberían llevar los científicos, ni siquiera durante las
revoluciones. Sería aconsejable que no persistiese en los libros de texto
durante tan largo tiempo.
© Francisco Anguita y Josep Verd (2001)
AEPECT (Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra)
www.aepect.org
para ampliar la información pincha el enlace: astensofera
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