11 oct 2012

ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Puedes acceder  a la siguiente presentación que han elaborado nuestros compañeros del IES Suel
 

9 oct 2012

¿Existe la astenosfera?

Es cierto, el término Astenosfera está obsoleto:

Fragmento  de un artículo publicado por F. Anguita y J. Verd.:

La idea de que las placas se deslizaban sobre un nivel de muy baja viscosidad situado bajo la litosfera se originó al principio de la historia de la tectónica de placas. Sin embargo, el argumento que acabamos de presentar [que el esfuerzo requerido para que el manto sublitosférico arrastre las placas no precisa de un nivel de baja viscosidad entre ambos] demuestra que tal nivel es innecesario para explicar los movimientos de las placas. De hecho, las velocidades de éstas pueden ser justificadas en términos generales con un manto de viscosidad uniforme. Además, y como ya se demostró, una capa de unos 100 km de espesor no sirve como nivel de despegue a no ser que su viscosidad sea tres o cuatro órdenes de magnitud menor que la del manto adyacente.
(p. 330)]

Este epitafio es el preludio del tiempo actual, en el que el término mismo de astenosfera empezará a desaparecer del léxico geológico. Paul Tackley, uno de los pioneros de la tomografía del manto, ha escrito (Tackley, 2000, Doc. 8) para la revista Science un artículo de revisión de estos temas que comienza con las siguientes palabras, no novedosas pero sí muy claras:

[La convección en estado sólido del manto terrestre (2.900 km de espesor) es el mecanismo motor de la tectónica de placas y de toda la actividad geológica asociada a ésta en la superficie de nuestro planeta, como son la deriva continental, la sismicidad, el vulcanismo y las orogenias. La convección en el manto y la tectónica de placas constituyen un solo sistema, en el que las placas oceánicas son la cubierta térmica superior, enfriada en la convección. El motor del lento movimiento de las placas y del manto es el calor radiactivo y el enfriamiento residual del planeta a través de sus 4.500 millones de años de historia. (Doc. 8, p. 2002)].

Ya no hay menciones a la astenosfera, sino radiografías del manto en las que aparecen superplumas y superzonas de subducción (Doc. 8, Fig. 3). De cara al futuro, se podría discutir la posibilidad de mantener el término en su sentido original (el de Barrell: todo el manto por debajo de la litosfera). Sin embargo, esa opción (semejante a la de mantener otros términos, como el de geosinclinal, con acepciones limitadas) supondría introducir una seria ambigüedad en toda la Geología del siglo XXI. La esfera débil seguirá persistiendo unas décadas, por inercia, hasta su total desaparición; un perfecto ejemplo histórico de las prisas que nunca deberían llevar los científicos, ni siquiera durante las revoluciones. Sería aconsejable que no persistiese en los libros de texto durante tan largo tiempo.

 
aepect.jpg (2723 bytes)
© Francisco Anguita y Josep Verd (2001)
AEPECT (Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra)

www.aepect.org

para ampliar la información pincha el enlace: astensofera